En unos días empezaremos otra vez con las clases y las competiciones que tanto nos gustan, lo cual nos puede llevar a una cuestión que siempre nos hacemos y que en estas líneas voy a tratar de dilucidar dentro de mis capacidades: «¿Cómo jugar contra un rival superior?».
Muchas veces cuando estoy en clase oigo a mis alumnos frases del tipo «me toca contra fulanito, voy a perder» o la mas común «Buff, me toca contra zutanito, que tiene tropecientos de Elo». Tales frases sólo llevan a una cosa: a que el jugador que las esgrime empiece la partida en inferioridad de posibilidades.
El primer punto para enfrentarse a un rival superior es la automotivación, o lo que yo suelo llamar la actitud mental. Hay que recordar que estamos jugando contra un ser humano que puede sufrir de falta de sueño, exceso de confianza, malestar físico y un sin fin de causas más, a parte de las propias de una partida como la falta de tiempo en el reloj o las distracciones.
El segundo punto, que también va en la lid del primero, es creer en tus propias posibilidades. Hay que creer en tu propia preparación y tus conocimientos.
El tercer punto es ya más técnico que de carácter psicológico como lo eran los anteriores. Cuando te enfrentes a un rival superior, si puedes preparar la partida un poco, prepárala. Por lo menos lo que concierne a cómo vas a plantearla, cómo vas a desarrollar tus piezas, lo cual es importante de cara a adelantarte para el medio juego.
El cuarto punto, junto con el último, son muy importantes. No te generes debilidades o vayas tras un ataque dudoso. Esto es muy importante. He visto a lo largo del tiempo partidas perdidas por ceder a un rival avezado una casilla fuerte o lanzarse a un ataque altamente improbable. Muchos de vosotros, alumnos, sé que os sentiréis identificados en este punto al igual que yo, lo cual significa que debemos jugar sólidos… pero sólido no significa pasivo. No confundamos términos.
El quinto y ultimo punto es simple. Aprovecha los errores de tu rival, que los va a cometer. Jugar perfecto sólo lo hacen los módulos, tu rival es una persona y las personas se pueden equivocar. Y si tienes una posición sólida y has hecho caso a los anteriores puntos, estarás en condiciones de aprovecharlos. Como decía el gran maestro Savielly Tartakower, «en ajedrez gana el que comete el penúltimo error«.
A forma de epílogo a esta reflexión, juguemos con confianza y lo mejor que podamos. Sería un resumen apropiado de lo escrito anteriormente. Espero que estos consejos os sean de utilidad y nos veamos las caras en breve.
Pedro Forján.