El de Berriozar es uno de los clubes que más empeño pone en sacar el ajedrez a la calle. La parte lúdica y popular de nuestro deporte es la vertiente por la que apuesta este joven club, que tiene en sus filas igualmente a muchos y muy buenos jugadores. De hecho, el primero de sus conjuntos está dentro de la primera categoría del ajedrez navarro.
Por ello, la irrupción el año pasado de este evento dentro del calendario del Circuito Vasco de la Amistad no extrañó a nadie. Este torneo por equipos, que se encuadra dentro de las actividades del Día de Berriozar, reúne cada vez a más y más personas, atrayendo tanto a ajedrecistas avezados como a aficionados que andan dando sus primeros pasos. Además, el hecho de que vengan varios equipos de fuera de Navarra es un atractivo a añadir al evento.
En esta segunda edición la plaza Eguzki volvió a ser la sala de juego elegida para el desarrollo de la prueba y en los propios porches tuvo lugar posteriormente el calderete popular al que estuvimos invitados todos los participantes. Y qué decir del concurso de tartas… Es de agradecer el esfuerzo y trabajo que Alfredo, Unai, Daniel, Antonio, Enrique, etc. ponen sobre el tablero y más allá de él para que los invitados estemos siempre a gusto. Es como jugar en casa.
El año pasado conseguimos un segundo puesto tras perder en la final ante el equipo local. Este año queríamos al menos igualarlo y llevamos un equipo de adultos y otro de chavales; a ver quién era capaz de hacerlo mejor. El Mikel Gurea Beltzak estaba compuesto por Iker Fernández, Jonathan Chamorro, Iker López e Iñigo Ostiz, mientras que el Mikel Gurea Txuriak lo conformaban Gorka González, Daniel Pérez, Mario Pérez y Xabier Goñi. Pero aún hubo más, y es que Marcos Villafranca tuvo que alinearse en el conjunto vizcaíno de Santurtzi para poder completar el cuatro de forma competitiva.
La prueba deportiva la condujo la organización con un round-robin entre los ocho equipos inscritos; un todos contra todos de ley. La verdad es que para los intereses de los nuestros la mañana no pudo haber sido más propicia, ya que los dos equipos de Burlada obtuvieron el oro y la plata. Todos a casa con premio.
El vencedor fue el equipo de los chavales -Mikel Gurea Beltzak-, con un enorme equilibrio y unos números espectaculares. Anduvieron muy finos y prácticamente no dieron oportunidad a los demás. Nada menos que 23,5/28. Vencieron en todos sus encuentros salvo en uno; el derbi ante el conjunto de los veteranos del club. ¡Menuda cantera!
Fue a los mayores a los que les tembló en algún momento el pulso y la falta de ritmo y competición en estas partidas a 5′. El ritmo de juego les pasó alguna factura. Este Mikel Gurea Txuriak obtuvo 20,5/28 y sólo cedió un empate ante Santurtzi, pero se dejó algún que otro punto por el camino que luego echaron en falta.
Un detalle muy bonito y a la par inesperado fue el galardón que la organización entregó al mejor jugador del torneo, que fue Mario Pérez entre las mesas 2 y 3. Su mejora este curso es conocida por todos sus compañeros del club, pero un reconocimiento en forma de premio siempre es bienvenido. Firmó una papeleta que rozaba la perfección con 6,5/7.
El próximo año volveremos, como no puede ser de otra forma. Gora Berriozarko Eguna!
