La disputa de la octava jornada de la Liga Vasca en Primera División nos enfrentó al Club Santurtzi. Esta vez tocaba desplazarse hasta tierras vizcaínas para tratar de mantener la categoría en el torneo. Pero la cosa no es tan sencilla como parece, ya que no fue hasta el martes anterior a la noche cuando se confirmó la decisión de que el tercer y cuarto clasificados de cada grupo compitieran entre sí de cara a dilucidar la última plaza de descenso hacia las ligas territoriales.
Hasta entonces parecía que los dos equipos que no se habían presentado en División de Honor (Easo y Calasanz) tenían asegurado el descenso automático hasta la última categoría… pero parece que no va a ser así. En todos los torneos oficiales que conocemos, si algún equipo no se inscribe, se retira o no participa automáticamente pierde sus derechos y baja hasta la última categoría. En Navarra lo vivimos cuando Nuevo Casino se negó a desplazarse hasta Tudela, por ejemplo, y un equipazo con jugadores de entre 1900 y 2300 se tuvo que medir un año en Segunda (y luego en Primera para volver a Preferente) contra niños y aficionados que aún no tenían ni Elo Fide. Lo que sucede es que parece que existe un compromiso por parte de Calasanz (Vitoria) para jugar en Primera el curso que viene, lo que de facto provoca que haya un descenso más en Primera y que afecta a cuatro clubes: Egidazu, Mikel Gurea, Oberena y Santurtzi. Uno tendrá que bajar. En nuestra opinión, premiar deportivamente al que no juega y castigar al que participa no es la mejor de las políticas. Esperemos que haya finalmente una solución satisfactoria para todos.
En lo puramente ajedrecístico, nos desplazamos a Santurtzi a conocer el impresionante local del que tanto y tan bien nos habían hablado. Y sí, una auténtica gozada el local que gestionan nuestros amigos… Felicidades. Y además, junto con la disputa de más encuentros, estaba teniendo lugar el Campeonato Femenino de Vizcaya. Nivelazo.
El equipo que llevamos parecía bastante sólido, con Daniel Pinto en la mesa noble, Odei Lerendegui de escudero, Angel Vílchez de número tres y Aitor Esparza en la retaguardia… pero no fue nuestro día y nos llevamos solo un punto de vuelta a Navarra.
Una derrota por 3-1 que resulta dolorosa, ya que, tras la victoria de Daniel, del resto de partidas bien podríamos haber obtenido algo más: Odei luchó más de cuatro horas tratando de sacar a flote una posición compleja, Angel tuvo una oportunidad que el reloj se encargó de desvanecer, pero sobre todo Aitor, que con la partida para firmar junto al casillero del 1 -con dos peones pasados de ventaja- va y comete los clásicos errores de juventud y se mete en fregados y ritmos bala que no le convienen.
Lo único positivo fue conocer que esta liguilla entre cuatro equipos no será a tres partidas, sino a dos, ya que se mantiene el resultado obtenido previamente contra el conjunto del mismo grupo (2-2 frente a Oberena). Ya sólo nos queda vencer la semana próxima en casa al Egidazu alavés. A ver si somos capaces.
Más información sobre la ronda 1 de la Liga por el descenso en este enlace.