Hoy como entradilla voy a comentar una anécdota que probablemente no sea fidedigna, pero que posee una buena dosis de humor. Trata de sobre la confianza que uno debe tener en sí mismo y que debe ser capaz de transmitir a su rival. Se dice que Alekhine, en su Rusia natal siendo ya campeón del mundo, estaba tomando algo en un local y se acercó a ver cómo jugaban al ajedrez un par de aficionados. Al terminar la partida entre ambos pidió jugar contra el que había vencido. Le dijo algo así: «Juguemos. Le doy una torre de ventaja«. El aficionado, visiblemente ofendido por el ofrecimiento que rebajaba su nivel, le respondió: «Usted no sabe quién soy yo«. Ante ello el campeón del mundo fue tajante y lapidario en su contestación: «Por eso mismo se lo digo, porque no sé quién es usted«.
El Ayuntamiento de Burlada ha cambiado la iluminación de la sala de entrenamiento del club y la bombonera parece ahora estar en el centro del sistema solar de la luz que se desprende. Pareciera que los chavales, los aficionados y sus profesores brillaran casi tanto o más que sus jugadas, No dudes en acercarte y anímate a comprobarlo el próximo vierne jugando 7 rondas de partidas a 5′.
Cifra corta la de asistencia este viernes, pero al mismo tiempo una gran calidad en los inscritos, lo que daba lugar a encuentros muy fuertes en mesas aparentemente bajas… Con estos ingredientes, los concineros que se encontraron en su salsa y se deleitaron con todos los guisos fueron Iker Fernández y Gorka González, que sumaron todas sus partidas como victorias salvo las tablas entre ellos dos. Se fueron ambos con 6,5/7 y con los demás hicieron picadillo. La suerte del desempate (en el tercero de los bucholzs y por medio punto) sonrió a Iker y no a Gorka. El tercer peldaño de la nouvelle couisine se lo quedó Mikel Razkin con 5/7. «Estos pollos, bien se pelan» – se les escuchó decir a Iker y Gorka.