La temporada empieza a tocar a su fin y ya son pocos los torneos en los que participar a la espera de que el verano y el descanso impongan su ley. Una vez que llegue ese día una buena parte de nosotros no tocará un tablero hasta septiembre, pero otros se marcharán a disputar los campeonatos de España, participarán en algún torneo estival de los muchos que se organizan en el litoral o se animarán a tomar parte en los torneos pachanga de las fiestas de los pueblos… como el nuestro a mediados de agosto.
Las tardes de los viernes suele reunir a un variopinto número de aficionados de lo más variado y singular. Esto es, tanto te enfrentas a un púber que tiene que jugar de pie sobre la silla como lo haces ante su abuelo, te puedes medir tanto ante alguno de los profesores de la escuela como frente a un alumno de primer año, ante el padre/madre que va cogiendo afición de tanto llevar a los hijos/as a jugar como al enganchado en Internet que ha decidido dar el paso a medirse contra personas reales, ilustres jugadores contra estrellas en ciernes… Para todos es lo mismo: 7 rondas de partidas a 5′. ¿A qué esperas?
El guarismo de la participación se cerró en 17, not bad. La nómina de los ajedrecistas indicaba que se iban a dar bonitos encuentros, como así fue. La victoria en esta vigésimo sexta edición se la adjudicó Ángel Vílchez, que acumuló un total de siete victorias en las siete partidas del torneo. Con el premio en el bolsillo, la tensión se generó en la lucha por el subcampeonato, en donde dos jugadores finalizaron con 5/7. El desempate favoreció a Gorka González, vencedor la semana pasada, por delante de Garikoitz Jorge, que debutaba en el torneo. Se ve que al presidente del Mikel Deuna no se le ha olvidado de qué iba esto de las rápidas…