La tertulia del Casino (espacios de ajedrez en Navarra)

Campeonato de Ajedrez en Barcelona, 1909. Café Sala Imperio

Los nostálgicos del deporte del motor recuerdan el tiempo de los gentlemen drivers, cuando las marcas y fabricantes no señoreaban las competiciones y un piloto audaz bien dotado para la mecánica podía poner a punto por sus propios medios una machina y disputar todas las victorias. Una evolución semejante ha sufrido el ajedrez, hoy un deporte de masas jerárquicamente organizado con sus federaciones, licencias, árbitros, competiciones oficiales, olimpiadas, entrenadores, bases de datos, monitores y motores de ajedrez… Pero hubo un tiempo en el que una partida de ajedrez era un encuentro entre caballeros, o una apuesta por dinero, sin más reglamentos que las reglas del juego y lo que se acordara particularmente, y sin otras armas que las del ingenio. Y su espacio, otro muy distinto con aroma de café, copa y puro.

Hay un rincón en el corazón de Pamplona donde se juega al ajedrez todos los días recreando el ambiente de antaño. Me refiero al Nuevo Casino. Muchos pamploneses no sabrán decirte dónde está, acertarán a medias diciendo que en la Plaza del Castillo, pero confundirán su ubicación con la del Café Iruña. No, no son lo mismo, aunque no desentonen el uno junto al otro. O más bien, el uno sobre el otro. El Café Iruña fue fundado en 1888 y ocupa en la Plaza del Castillo los bajos… del Nuevo Casino, cuya fecha fundacional se remonta a 1856. Alguna conexión más hay entre ellos: una escalera interior conecta el Nuevo Casino con el llamado Rincón de Hemingway, una dependencia anexa del Café Iruña. Pero el Café Iruña es un espacio histórico pamplonés sometido a la turistificación de nuestros tiempos, mientras que el Nuevo Casino es… discreto y elegante. Para acceder a él debes pulsar un timbre apenas rotulado en el portal 44bis de la Plaza del Castillo, adyacente al Café Iruña. El portero automático te abre sin preguntar, subes al primer piso, empujas la puerta y habrás dado un salto en el tiempo de más de cien años.

Del Nuevo Casino no voy a hablar más: todo lo que se pudiera contar sería muy largo, aunque muy ameno. Solo quiero hablar del Nuevo Casino como espacio de ajedrez.

Fue escenario de la primera edición del Torneo de más relumbrón que se ha celebrado nunca en Pamplona, el Internacional de 1990, primero de la serie en doble formato, cerrado magistral y open abierto a todos los aficionados, que duró hasta 2008. En aquella ocasión inaugural, el torneo contó con la participación del veterano  Victor Korchnoi, jugador apátrida bajo bandera suiza, y de dos de las hermanas Polgar, Judith y Zsuzsa. Allí se dio un hecho histórico: Zsuza obtuvo en los tableros de Iruña su definitiva norma de Gran Maestra, siendo la primera mujer en conseguirlo con los mismos requisitos que los hombres. Ella y sus hermanas han marcado un antes y un después al negarse a aceptar la segregación por sexos en las competiciones ajedrecísticas.

Por razones que podemos suponer (abundancia de espacio, abundancia de dinero), el Torneo fue capturado en los años siguientes por el recién inaugurado Hotel Iruña Park, con la obvia intención de prestigiarse con una nobleza de la que carecía de cuna.

Un histórico del ajedrez navarro dos veces campeón absoluto, Joaquín Antúnez, fue presidente de la Sociedad del Nuevo Casino durante unos años. Gracias a su impulso el Casino se formalizó como club de ajedrez y un equipo con su nombre disputó varias ediciones del Campeonato Navarro. Además de las personas a las que voy a citar más adelante, participaron en aquel equipo el también dos veces campeón individual absoluto de Navarra Jesús González Pabollet, y el entrañable cascarrabias, magnífico jugador y hoy jovencísimo ajedrecista a sus setenta cumplidos, Rafael Ruiz Escobar, Rafi, al que algunos todavía recuerdan del Open Internacional de 1990 antes citado, cuando fue emparejado contra la computadora Mephisto Portorose y se presentó a jugar abundantemente documentado con parte de su biblioteca de aperturas, argumentando con toda seriedad que si su rival tenía libro de aperturas, él no iba a jugar en inferioridad de condiciones.

De aquellos fuegos hoy solo queda el rescoldo de una tertulia ajedrecista que se reúne de lunes a viernes entre las cinco y media y las siete de la tarde. Su corazón son tres jugadores sobradamente conocidos en el mundo del ajedrez navarro: Jesús Martínez Zazo, Santiago Alfonso Ábrego, en tiempos campeón juvenil de Navarra, y Pedro Viñal, en cuyo palmarés hay varios títulos de Navarra y alguno de Euskadi, absoluto, de veteranos, de modalidad blitz y de rápidas o ajedrez activo (10′-60′). A los tres y en este orden los fui conociendo y encontrando en match “oficial” de la FNA durante la primavera de este año. Y un día acepté su invitación para echar unas partidas y conocer su txoko.

Realmente en el Casino funcionan dos tertulias ajedrecísticas. La otra, más a la antigua usanza, se nuclea en torno a otro nombre añejo del ajedrez navarro: Burusco. Se diferencia de la primera en que aquí el reloj es anatema, pues el auténtico ajedrez tal como lo entienden ellos está reñido con las prisas.

Santiago con blancas y Pedro con negras, a 5’+3″

La tertulia de Pedro, Santiago y Jesús, seguramente por estar ellos más rodados en las distintas modalidades de las competiciones oficiales, juega habitualmente con reloj en la modalidad blitz de 5 minutos más tres segundos de incremento, o sin reloj en todo caso si esa tarde no se han juntado más que dos. El que pierde sale y el que gana pasa a jugar con blancas. Con una norma “antimonopolio”: tras tres partidas seguidas señoreando las blancas, se sale sí o sí. Seguro que Viñal agradece ese descanso pautado con el que le obsequian sus compañeros.

Algún tertuliano como Ramón, oscila entre una y otra equilibrando a la más necesitada. Si es necesario por overbooking de jugadores, se abre un tercer tablero. Mesas hay.

En el Casino hay tres mesas a la vista con tablero incrustado de madera. Puede que haya más en el desván, dondequiera que esté. Son mesas de madera, con tablero incrustado también en madera de generosas dimensiones, y escaques de tonos apagados claros y oscuros, nada del chillón y molesto blanco y negro de los tableros de plástico. Las piezas también son de madera, aunque recientemente una mano distraída ha hecho desaparecer dos peones del juego habitual y los tertulianos, un poco contrariados, han tenido que sacar por una vez el Staunton plastiquero. Pena de foto. Volveremos para mejorarla cuando aparezcan esos dos peones.*

Esta tertulia es lo que queda del anterior brillo ajedrecístico del Casino. Apenas un rescoldo, unas brasas. O quizás, en mi opinión, el auténtico fuego, el original.

Felipe Martín

* P.S. Pocos días después Pedro Viñal me envía esta foto con las piezas de madera que corresponden.

Jesús Martinez Zazo con blancas, Santiago Alfonso Ábrego con negras, y de pie siguiendo la partida Joaquín Pérez-Seoane, Presidente de la FNA

(Con este artículo pretendemos iniciar una serie dedicada a los espacios ajedrecísticos de Navarra. Priorizando los menos conocidos, los más originales, pero sin olvidar a los clubs, que también tienen vida de verdad más allá de su registro federativo. Si alguien sabe de alguno de ellos, le agradecería me diera noticias a través de argos1952@gmail.com para poder buscarlo y conocerlo)

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