Año tras año son más y más los niños y niñas que se inscriben al Campamento Urbano que organiza el Club de Ajedrez Mikel Gurea en colaboración con el Ayuntamiento de Burlada. La comunión entre ajedrez, juegos y piscina da como resultado siempre el disfrute de todos y cada uno de los niños y niñas que se inscriben al campamento. Este continuo crecimiento conlleva que cada vez tengan que ser más los monitores a cargo de los pequeños, ya que la atención y el cuidado son dos máximas que siempre se imponen sobre todas las demás cuestiones.
Durante las dos semanas de campamentos las dinámicas han sido similares. Por las mañanas los tres primeros días se daban clases de ajedrez, aprendiendo aspectos muy diversos de todas las facetas del juego, desde la profundización en alguna apertura hasta la obtención de destreza en los finales. Además, para homogeneizar los niveles se establecieron diversos grupos de trabajo. Los dos siguientes días se montaron el campeonato de ajedrez con partidas rápidas y la famosa gynkana con las clásicas pruebas de llevar piezas a toda velocidad, lanzarlas y encestarlas, esconderlas y encontrarlas…
A las tardes el protagonismo lo recogía la piscina. Durante estos quince días reinó el buen tiempo y pudimos disfrutar de horas de asueto acuático, pudiendo jugar partidas de ajedrez en las toallas. Nunca se nos hacia hora de volver a casa.
En cuanto a cómo se desarrollaron particularmente los dos campamentos, cada día los chavales van sumando puntos de cara a una clasificación final que les dará para conseguir trofeos o medallas.
Los resultados del primero dejó a Iñaki Gámez con el galardón de campeón, seguido por Andrés Berasategui. Los dos tuvieron que desempatar en una partida rápida por el título. Tal igualdad se dio también por el tercer y cuarto puesto, imponiéndose Markel Arbeloa a Enzo Sarango. Por otro lado, el vencedor del campeonato de rápidas fue Jon Merino.
El segundo campamento tuvo un dominador claro, Iván Huarte, que también se llevó a casa el premio de campeón del torneo individual. La plata y el bronce correspondieron a Daniel Vivanco y Leo Gálvez respectivamente. Durante las dos semanas la última de las pruebas, la más esperada y a la vez la más temida, la de la búsqueda de las piezas, provocó enormes sumas de puntos y catastróficas caídas en la tabla… manteniéndose la tensión hasta el final.
El año que viene volveremos con más fechas, dado que muchas familias nos piden más y más fechas. Y en Navidades también. ¡Nos vemos!