Una de las circunstancias más positivas que hemos logrado con los torneos de los viernes es poder reunir en una misma sala de juego a tanto jugador con características tan diferentes. Que los pequeños aprendan de los mayores y que los mayores disfruten con el progreso de los pequeños es toda una victoria que compartimos todos en la bombonera.
Un jugador menos que la semana, dejando el número en 17. Ya se va notando que el fin de curso está verdaderamente cerca. En cuanto al torneo, 7 rondas con partidas a 5′.
Llevábamos unas pocas semanas echando de menos a Henry Díaz. Su calidad y altísimo nivel de juego nos hace mejores a todos nosotros, porque nos medimos a todo un +2000 curtido en mil batallas. Su regreso no pudo ser mejor y se marcó un pleno 7/7 con una diferencia de dos puntos sobre su más inmediato perseguidor. Dominio absoluto. La plata fue precisamente para su hijo, Daniel Díaz, que ha heredado de su padre su juego vistoso y de ataque, lo que le llevó a lograr el subcampeonato con 5/7. Y el bronce en esta ocasión fue para Daniel Aguinaga, que encabezó un pelotón de seis jugadores con 4/6 que anduvieron enfrentándose entre ellos ronda tras ronda.
Tras el vigésimo tercer campeonato, cambio en el liderato, que se queda de esta forma: